Rajae Boumediane El Metni en Tres Culturas. Fotografía: Ramsés García |
Mohamed Chukri a secas, así titulamos la mesa redonda que Tres Culturas organizó para rendir homenaje al escritor Mohamed Chukri. Contamos con la presencia no sólo de la traductora de El pan a secas o Paul Bowles, el recluso de Tánger (Cabaret Voltaire) sino con la persona que gracias a su perseverancia la obra de Mohamed Chukri ha podido ser rescatada del olvido. Más de siete años le costó llegar hasta la última opción, una última llamada y lo consiguió. Al otro lado estaba Miguel Lázaro, editor de Cabaret Voltaire.
Rajae Boumediane El Metni es una mujer cercana, sincera y con la que podrías estar horas charlando. Nos ha facilitado su intervención en la mesa redonda, desde aquí le damos las gracias.
Chukri simplemente
No nos podemos acercar a la vida y obra de Mohamed Chukri (1935-2003) sin relacionarle con El pan a secas, un clásico de la literatura marroquí y un hito en la literatura universal. Pero, ¿acaso Chukri fue autor de un solo libro?
Chukri escribió más libros: cuentos,
novela, teatro y diarios pero el fantasma de El pan a secas no dejó de
perseguirle toda su vida, incluso después de muerto. En una entrevista
concedida a Javier Valenzuela para El País en octubre de 2002, Chukri confiesa
la maldición de El pan a secas: “Oye, te voy a hacer una confesión:
yo quiero matar la fama que me dio El pan desnudo. Escribí Tiempo
de errores y no se murió. He escrito Rostros, y tampoco. El
pan desnudo no quiere morir. Y me aplasta. Me siento como esos escritores
aplastados por la fama de un solo libro. Como Cervantes con Don Quijote,
o Flaubert con Madame Bovary, o D. H. Lawrence con El amante de Lady
Chaterley. El pan desnudo sigue sin morir, el hijo de puta. Los
niños por la calle no me llaman Chukri, me llaman El pan desnudo. Ese
libro me dice todos los días: “Aquí estoy, vivo”.
Desde
la muerte de Chukri en el 2003 no se había publicado ni reeditado ninguna de
sus obras hasta el 2012. Nueve años de silencio absoluto, de muerte literaria. En todos los medios se hablaba de la Fundación Mohamed
Chukri, tardé siete años en averiguar que dicha fundación nunca existió. La
ansiada Fundación Mohamed Chukri se creó, finalmente, en Tánger en 2013 gracias
a varios amigos como Abdellatif Ben Yahya o Zoubeir Ben Bouchta. Como los
derechos de autor estaban en manos de sus herederos, inicié un nuevo desafío:
contactar y negociar con ellos para que se pudiera volver a publicar la obra de
Chukri.
Teniendo
en cuenta el título de esta mesa redonda, Chukri a secas y recordando al
autor, en el undécimo aniversario de su muerte,
no vamos a hablar tan sólo de El pan a secas si no que vamos a pasar
revista a toda su obra, la traducida al español y la que queda en el tintero.
Con la
publicación, en mayo del 2012, de la obra inédita, Paul Bowles, el recluso de
Tánger, Cabaret Voltaire empieza a rescatar del olvido la obra del “mirlo
blanco de Tánger”.
El libro es una aproximación íntima al
escritor, pero no es siempre muy servicial y complaciente. Está cargado de
emociones, de aseveraciones y de duros juicios que Chukri emite contra su
mentor y padre literario. El libro se consideró un ajuste de cuentas. El mismo
Chukri reconoce, en una extensa entrevista: “Con mi libro sobre Paul Bowles,
habré matado a mi segundo padre. ¡Basta ya de matar
padres!”
Segundo padre, porque Chukri ya había matado,
en El pan a secas y en su imaginación, al primero, su padre biológico. En
noviembre del 2012 Cabaret Voltaire publica El pan a secas, una nueva
traducción que incluye cambio de título siguiendo la sugerencia de Juan
Goytisolo. Sugerencia que,
personalmente, comparto porque, según el DRAE, la expresión “a secas” es
una locución adverbial que significa solamente, sin otro cosa alguna. Además se
ajusta más al sentido árabe.
Tennessee
Williamsdescribe El pan a secas como “un verdadero documento de la
desesperación humana.” Tiempo de errores, revisada y publicada en 2013, relata su odisea
para aprender a leer y escribir y Rostros, amores, maldiciones completa su trilogía autobiográfica pero ninguna llegó a competir con la fama
de El pan a secas.
Jean
Genet en Tánger, publicada en 2013. Son conversaciones
entre Chukri y Genet recogidas en forma de dietario. William Burroughs escribió:
“En el diario de Chukri, veo y oigo a Genet con tanta claridad como si
estuviera viendo una película sobre él”.
Ahora
toca hablar de las obras inéditas en español. El loco de las rosas, una
recopilación de cuentos escritos entre 1967 y 1978. Fue publicada en versión
árabe en 1978. El libro se está traduciendo y próximamente lo publicará Cabaret
Voltaire.
El
Zoco Chico novela publicada, en versión árabe, en 1985 parece ser una continuación de El pan a secas pero con variantes en la vida del personaje-protagonista. Ali, un joven
campesino del Rif, es el fiel reflejo de Chukri en Tánger.
Tennessee
Williams en Tánger, traducida por Paul Bowles y publicada en 1973. Se publicó
en versión árabe en 1983. Chukri cuenta sus encuentros y conversaciones con
Tennessee Williams durante su visita a Tánger en el verano de 1973.
La
seducción del mirlo blanco, publicada en 1998. Chukri parte de algunos
trabajos literarios como los de Jean Paul Sartre (Las manos sucias), William
Shakespeare (Hamlet), Albert Camus (El extranjero) o Najib Mahfouz (El ladrón y
los perros) para reflexionar y plasmar su propia experiencia literaria.
La
Jaima es una recopilación de cuentos publicada en 1985. La felicidad es una obra teatral
publicada en 1994. Chukri, rompe, una vez más,
los moldes y pasa a decir lo indecible. Refleja la
absoluta libertad sexual y emocional de la mujer, del hombre, de la pareja.
Para
terminar esta intervención, quisiera hacerlo con un juego de palabras que
recoge las obras inéditas en español. El loco de las rosas lucha contra La seducción
del mirlo blanco en La Jaima montada en El Zoco Chico. El objetivo, La
felicidad de conversar con Tennessee Williams en Tánger.
Rajae Boumediane El Metni
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