martes, 12 de marzo de 2019

Resumen sesión '14 de julio' de Éric Vuillard

Conversación con Éric Vuillard '14 de julio'



14 de julio de Eric Vuillard

El título de esta obra hace clara referencia a una fecha, el día de la toma de la Bastilla en París, de gran significado en la historia, no sólo para el pueblo de Francia sino para toda la sociedad por el cambio radical que supuso aquel momento en la historia. El autor retrocede también unos meses para narrar la represión que sufrieron los trabajadores de la manufactura Reveillón tras su revuelta contra la injusticia.

Alejandro Luque abrió la sesión de lectura del club y nos brindó varias claves acerca del sentido de esta obra. Al igual que en la novela más reciente del autor que fue publicada con anterioridad, El orden del día, donde se narra la ascensión del nazismo y el papel de los poderes económicos que lo sostuvieron e hicieron posible su triunfo,  en 14 de julio vuelve a abordar un momento histórico clave, el pueblo que derroca a los tiranos, pero saliéndose de la norma de la novela histórica usual.

Según Alejandro, esta es una novela diferente pues establece un acercamiento a la historia desde otro prisma más humanizado y cercano. Vuillard, nos recordaba Luque, pone el acento en los intereses económicos que hay detrás de cada guerra y nos da información para entender el momento presente a partir de un suceso histórico. Además se refirió al paralelismo con la crisis actual y el mal uso del dinero por las élites económicas.

A partir de esa crisis se produce un movimiento de rabia del pueblo y el autor pone el foco en los personajes del pueblo individualizados con sus momentos de heroísmo.

La novela, de estilo fibroso, hace alarde de una gran agilidad al relatar y cambiar el foco de cada personaje y nos hace fijarnos en los detalles que es lo que le otorga gran realismo y verosimilitud. Nos invita a desafiar la “mirada piramidal” y utiliza un modo de narrar como si estuviera presente en la acción.

Después de la intervención de Alejandro, los participantes del club continuamos exponiendo y compartiendo nuestras sensaciones y, quizás más que nunca, emociones tras la lectura de esta hermosa obra.

El autor con esta obra, hace un tipo de literatura moral, novela histórica pero humanizada, muy alejada de la novela histórica al uso. Vuillard otorga al escritor un deber moral e insiste en que “hay que escribir lo que se ignora” añadiendo “en puridad, se desconoce lo que ocurrió el 14 de julio y debe relatarse lo que no está escrito”.

Los protagonistas anónimos de la Historia dejan de serlo en su obra, tienen nombre y apellido, familia y oficio y  cobran vida de manera individualizada.
Los “nombres” es el eje en torno al cual se construye la novela 14 de julio porque como el autor afirma, “ los nombres son silabas de la verdad” y nos exhorta a nombrar siempre a los que protagonizaron la historia “nombremos, nombremos, recordemos a las familias….” en una clara defensa de los protagonistas olvidados de la historia.
Vuillard reflexiona sobre los grandes hitos de la historia para que saquemos conclusiones y su mirada sobre un momento concreto de un país, se vuelve universal y de gran trascendencia histórica. Hace un alegato sobre las enseñanzas de la Historia porque ésta se repite cíclicamente, y debemos aprender de ella. La revolución es una respuesta ante la injusticia.

Construye epopeyas breves de pocos minutos de las acciones de todos y cada uno de aquellos héroes anónimos que, de este modo, cobran vida y cercanía a nosotros. Elabora de manera magistral, historias humanas y emotivas, llenas de verdad,  con pocos datos y muchas suposiciones como en el capítulo “Un cadáver ” donde realiza un modelo de ficción realista a partir de la breve epopeya de su protagonista y la historia cotidiana y tierna que imagina que existiría detrás del mismo. De ese modo, teje un retrato soberbio de uno de los héroes anónimos de la Revolución.

El autor realiza a lo largo del libro una reivindicación de los excluidos, putas y desheredados entre otros. Es el libro de los olvidados como señaló alguna de las participantes.

También se resaltó, que  es una obra de compromiso social donde los pequeños detalles cobran importancia y contribuyen a transmitir sentimientos. Casi todos coincidimos en que es una obra que emociona, un libro sobre un acontecimiento histórico de gran trascendencia, lleno de poesía y humanidad.

Del estilo, resaltar que es una narración ágil y trepidante  donde se alterna el uso de la tercera persona con la primera, usada por el autor para implicarse e implicarnos con mayor fuerza en los sucesos y hacernos partícipes de ellos. El autor conduce el relato y conduce al lector por los recovecos de la acción haciéndonos partícipes de ella con el uso contínuo de suposiciones e figuraciones  que van salpicando el relato.

Podríamos decir que es un relato cinematográfico y electrizante donde el lector ve a través de la mirada de los protagonistas de la revuelta y donde las sucesivas escenas que conformaron aquellos momentos van pasando ante nuestros ojos y consiguen sumergirnos en aquel suceso mediante un proceso de inmersión literaria, histórica y vital.

La sesión estuvo acompañada, como siempre, por un delicioso y aromático pan elaborado por Fidel Pernia. En esta ocasión, el pan tenía varias frutas deshidratadas como melocotón, arándanos, fresas y pasas que representa la sabia nueva de todos los que lucharon por derrocar el antiguo régimen.
También tenía como ingrediente el queso gorgonzola que representaba al gobierno francés.El amargor que este queso le daba al pan supone el sufrimiento de todos los que murieron en la lucha por la libertad.

Elena Cano. Participante Tres con libros



1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pareció una lectura delicada y entrañable y una historia bien descrita y contada desde la visión que puede tener unos habitantes desfavorecidos de una ciudad que ve pasar ante ellos y ante ellas unas injusticias sociales, como diríamos en estos momentos igualmente, si vemos las diferencias entre clases y las consecuencias de oprimir a una población hasta el punto de quitar el mendrugo de pan de las bocas de sus familiares y de unos y unas mismas.
Lo que pude leer me inspiró en el sentido gastronómico a buscar orejones...de color atractivo y dulzor particular y oprimidos en su proceso de secado para su presentación y posterior consumo.
Al ver la foto de ayer enviada al grupo de whatsapp del pan de Fidel me dio qué pensar en su forma y colorido como si hubiese tenido casi la misma visión.
Desconozco ingredientes incorporados a la masa pero aprecié algunos frutos secos y otros rojos y pedacitos de fruta de colores vivo tipo melocotón o mango.
Sobre su forma me aventuraría a decir que le vi una bota o calzado rajada y no sé si elogiando la valentía de la figura elegida del rincón izquierdo del cuadro, que aparece en la ilustración de portada del libro, y que quizás se desprendería en algún momento en la parte del libro que no llegué a leer....
De todas formas es otro libro que sumaré a la lista de volver a leer y completarlo en algún momento....
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