Resumen primera sesión 'El pan a secas' de Mohamed Chukri

El pasado 21 de enero comenzamos el 2014 con una interesantísima sesión en el club de lectura ‘Tres con libros’. Para ello partimos de tres premisas; una desgarradora y a la vez esperanzadora novela, El pan a secas de Mohamed Chukri; la asistencia y exposición de un conocedor de la vida y obra del autor, Fran G. Matute; y el interés una vez más por parte de los miembros del club. A todos ellos, muchas gracias. Gracias a los miembros del club por seguir apoyando el que consideramos un gran proyecto y gracias a Fran G. Matute por aceptar nuestra invitación y por compartir su conocimiento con nosotros.

Para Fran G. Matute  podríamos considerar El pan a secas como una novela de ‘realismo sucio’, siempre con el respeto propio de una novela autobiográfica y de un escritor analfabeto hasta los 20 años. En la que el lenguaje es simple, directo, ‘real’ y donde la sensibilidad, la autocompasión y el victimismo no están permitidos, ya que en la vida de Mohamed sólo cabe la supervivencia.

Para esta novela, Fidel Pernía (Masa Bambini) nos deleitó con una performance gastronómica, tejas y pan para mostrarnos a través de estos alimentos lo que le inspiró tras contarle el argumento del libro a debate, El pan a secas.

Tejas dulces, con las que pretendía simbolizar el ‘ideal’ como ser humano dentro de una sociedad (con su moral, educación…), en definitiva, el desarrollo del individuo como persona. Tejas dulces pulverizadas, simbolizando una niñez destrozada, rodeada de violencia que hace añicos dichas tejas. Donde el desarrollo normal como persona desaparece, para que más tarde aparezca el pan (Pan Teja de Bambini) como algo ya formado y por último un pan Capuchino Bambini, a través del cual, Fidel nos muestra el pan ‘pan’, el pan desnudo. Un gran pan redondo que simboliza lo formado. Mohamed Chukri pasa de la niñez robada a consecuencia de la miseria a una ‘madurez lograda’ gracias al aprendizaje y la literatura.