En su primera novela la senegalesa Fatou Diome recoge el tema de la inmigración, del exilio y de los problemas de identidad que sufre el inmigrante al situarse en un país, adquirir una cultura y vivir una realidad que se aleja de la propagada en la televisión.
Todo transcurre en un pequeño pueblo de pescadores frente a Dakar, en Senegal y con el trasfondo de la obsesión de su población más joven por convertirse en estrellas internacionales del fútbol que les permita poder salir de su pobreza.
La autora nos sitúa en la época de los mundiales de fútbol donde la selección senegalesa pelea por conseguir una copa y con un alarde de ironía nos desvela todo lo que ocasiona la retransmisión del partido, todo ello a través de la relación de dos hermanos, Madické y Salie.
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