Reseñamos una nueva sesión de nuestro
club de lectura, dedicada por segunda vez al cómic en la actual temporada. Si
en fecha anterior debatimos en torno a la creación de la
autora libanesa Zeina Abirached, El
piano oriental, en esta ocasión
hemos examinado el trabajo de José Lenzini y Laurent Gnoni, Camus. Entre justicia y madre, recién
publicado por Norma Editorial a partir de la correspondiente edición francesa.
Se trata de una primicia, pues los ejemplares, donados gentilmente a la
Biblioteca por la empresa editora, acaban de ponerse a la venta en librerías.
La sesión se incluye en el conjunto de actos que la Fundación Tres Culturas dedica a la
conmemoración del 60º aniversario de la concesión del Premio Nobel a Albert
Camus, entre los que sobresale el encuentro que tendrá lugar próximamente, en
la sede de la Fundación, con el guionista de la obra, José Lenzini. Como es
habitual, la presentación del libro en el club de lectura se acompaña de una selección
de temas
musicales confeccionada en esta ocasión con la
colaboración del propio José Lenzini y del periodista Javier Valenzuela a
partir de ciertas piezas del gusto de Camus, según palabras de los recopiladores,
y otras inspiradas en su espíritu y en su obra.
Conversación con
el editor
Como introducción al debate posterior,
Olga Cuadrado esbozó un perfil del escritor francés, destacando algunos
aspectos de su biografía y de su creación, así como el interés que en España
suscita la obra del autor. Luis Martínez, en representación de la empresa
editorial y responsable de la edición en español, participó en videoconferencia
y respondió a las cuestiones planteadas por los lectores a partir de un turno
de preguntas y respuestas iniciado por Olga.
Respecto a la difusión que el cómic tiene
en nuestro país, y en concreto a qué franja de público va, en principio,
dirigida la publicación, Martínez afirmó que Camus posee una biografía potente,
jalonada de acontecimientos tanto personales como históricos, digna de ser novelada.
La decisión editorial de publicar en España a partir de la edición francesa,
teniendo en cuenta las características del mercado del cómic en nuestro país,
se debe en parte tanto a este hecho como a la posibilidad de hacer accesible la
figura de Camus, su vida y los valores que defendía, a un público joven. En
este sentido, la estética adoptada por el dibujante, basada en colores pálidos,
junto con el esquema narrativo adoptado, apuntarían a este objetivo.
En cuanto a si España tiene alguna deuda
pendiente con el escritor, dada la atracción que nuestro país ejerció sobre él,
tanto en lo que respecta a su literatura, al carácter de su pueblo y a su
historia, Martínez opina que esa unión con España ha sido correspondida desde
nuestro país, como lo atestiguan las ediciones de su obra, el interés académico
que suscita, y la presencia en prensa. En este sentido, la editorial ha
publicado en cómic dos obras del autor, El huésped (2011) y El extranjero (2014), con guión y dibujos de Jacques
Fernandez.
Respecto a las dificultades para
trasvasar una obra literaria, tales como las mencionadas y otras, extensas y
complejas, al lenguaje del cómic, manifestó que se trata de una colaboración
del autor o autores del cómic con el texto literario. Puso como ejemplos la
novela gráfica ¿Cuánta tierra
necesita un hombre? (2010), de
Martin Veyron, basada en el texto de Leon Tolstoi, Nos vemos allá
arriba (2017), de Christian de Metter, adaptación de
la novela de Pierre Lemaitre del mismo título, galardonada con el premio
Goncourt en 2013, todas ellas publicadas por su editorial. No consiste
evidentemente en intentar un traslado automático entre ambos lenguajes, por
otro lado imposible, sino en la creación de un nuevo producto en el que es
determinante el valor añadido proporcionado por el lenguaje gráfico.
Respecto a la edición, publicitada como
“novela gráfica”, denominación que pasó a explicar con detalle a demanda de una de las lectoras, Luis Martínez respondió a las
observaciones de otros lectores respecto a elementos formales de la obra, tales
como el diferente uso de los colores en las viñetas, y en la posibilidad de que
expresaran temas concretos. En este sentido, explicó que, en su opinión, se
trata de una decisión estética del dibujante, a la vez que puede tratarse de un
recurso para expresar tiempos en la narración, cambios de escena y otros
elementos estructurales.
Compartiendo
ideas
En general, los participantes en la
puesta en común, coincidieron en haber disfrutado de la lectura y se elogió la
calidad de la obra, desde la edición material en sí misma hasta las
características del propio relato. Llamó la atención la figura del narrador
que, desde la primera persona, interpela a un tú, el personaje Albert Camus, un
narrador que conoce íntimamente al autor desde su infancia y comparte las
vicisitudes de su vida, sus anhelos, miedos y pensamiento, al tiempo que
desvela al lector su biografía. La recepción del Premio Nobel será el eje
temporal y recurrente en que se organiza el relato, dando título,"Discurso
de Suecia", a cada una de sus partes. Por otro lado, la historia aparece
narrada de tal modo que constituiría en sí misma un avance de guión gráfico
para su versión cinematográfica.
La elección de los elementos cromáticos
mediante los que se desarrolla la historia resultan muy oportunos. Destaca el
uso de colores planos, sin volumen, al gusto de cierta estética de mediados del
siglo XX, o bien de tonos apagados, al estilo de determinados cómics clásicos.
Así mismo, los azules, malvas, amarillos o rojos, parecen evocar tiempos de la
historia e incluso variar de intensidad según los contenidos. En las viñetas,
como suele ser habitual en el cómic, se utilizan todos los tipos de planos,
junto con otros recursos originales. Algunas aparecen diseñadas a sangre, en
otras el autor juega con tamaños y perspectivas de personajes con finalidad
expresiva, transgrediendo creativamente las estructuras de los cómics
tradicionales.
Resultó casi inevitable comparar la
estética naïf de El piano oriental,
de Zeina Abirache, con la obra de Lenzini y Gnoni, basada en otros supuestos
creativos. La narrativa verbal no solo apoya a la imagen, sino que en
ocasiones, mediante extensos textos, parece autónoma de aquélla, comunicando un
punto de vista sobre Albert Camus, y en este sentido no hemos de olvidar que el
guionista, Lenzini, es amante de la obra del escritor y experto en su
literatura. Por otro lado, los dibujos parecen hablar por sí solos, sin
aparente necesidad de texto. Los trabajos de guionista y dibujante han
alcanzado, no obstante, una simbiosis en cuanto a la explotación de sus
virtualidades expresivas.
La madre de Albert Camus aparece como un
referente imprescindible en su vida. Mujer luchadora, viuda desde joven y sin
apenas recursos económicos, logró que finalmente su hijo pudiera asistir a la
escuela. En este aspecto, contrasta con el personaje autoritario de la abuela.
Especial atención merece el tema de la amistad, destacado en el papel del
narrador, el anónimo amigo íntimo que nos narra la historia de Camus al filo de
los cien años de su nacimiento, un Camus que se nos muestra como persona
solitaria y reflexiva, dada a la instrospección y al análisis, amante de la
justicia social, de la libertad y de la independencia personal, y hasta el
final fiel a sí mismo, a su pensamiento. Las consecuencias de su autonomía
intelectual, de su rebeldía, se harán evidentes con la ruptura con el partido
comunista, la especial relación con Jean Paul Sartre, sus vínculos con el
anarquismo, y el ostracismo al que el personaje fue sometido por un sector de
la intelligentsia parisina, al
posicionarse durante la guerra de Argelia en relación al subtítulo de la obra
que discutimos, “entre la justicia y la madre”.
Existe acuerdo en que Camus. Entre
justicia y madre, es un excelente texto para introducir la figura y
obra del escritor francés, oportuno tanto para un público joven como adulto.
Algunos de los integrantes docentes del club, en este sentido, comentan la
posibilidad de incluirlo entre las lecturas de sus alumnos. Claro que esta
accesibilidad va en detrimento de una exposición más realista de su biografía,
dulcificada en esta publicación. Del mismo modo, su obra aparece solo apuntada,
sin entrar en su significado ni en lo que representa en la creación intelectual
de su siglo. Temas como el absurdo, el permanente planteamiento del sentido de
la existencia, las reflexiones en torno a la condición humana, en suma, una
exposición en torno al Camus filósofo, se encuentran soslayados. Pero tal como
Luis Martínez comentó en la videoconferencia, la finalidad de la publicación es
introducir al público en la vida de un personaje de la talla de Albert Camus.
Y, en este aspecto, tal objetivo está plenamente conseguido. Después toca
profundizar en su pensamiento leyendo su obra.
Y para
terminar...
Nos cuenta Fidel Pernía las dificultades para
concebir un pan acorde con la publicación, pues "una cosa es hacer un pan
de una literatura y otra cosa es sacar un pan de una biografía". Pero su
creatividad dio con la solución. La figura de la madre, que hilvana el
pensamiento de Camus durante su discurso oficial en el gran salón de Estocolmo,
será el elemento de inspiración para Fidel, que cocerá un pan de setas, unas
setas "símbolo de tierra de vida y olor a mantillo, a bosques frondosos
húmedos y verdes, a madre naturaleza", "unas setas que surgen incluso
en un medio hostil y humilde, por la fuerza que imprime la vida". El
resultado, un pan exquisito de textura y sabor que degustamos con placer.
Federico Ruiz Rubio, miembro de Tres con libros.
Fotografía, Marisa March.
Imágenes libro: Norma Editorial.