MONA ELTAHAWY, El himen
y el hiyab
El nombre de Mona Eltahawy
viene a incorporarse a la nómina de mujeres escritoras, como Najat El
Hachmi, Leila Slimani, Fátima Mernissi, Zeina Abirached… cuyas obras abordan
desde la ficción narrativa la situación de la mujer en países musulmanes y han
sido objeto de lectura y debate en nuestro club de lectura. El particular
interés del ensayo de Eltahawy, El himen
y el hiyab: por qué el mundo árabe necesita una revolución sexual, radica,
debido a su carácter genérico, no solo en la materia desarrollada, sino en la
exposición directa de los asuntos tratados, y en la interpelación, sin
intermediaciones, que hace al lector.
El ensayo de Mona Eltahawy es un manifiesto feminista centrado en la
situación de la mujer en los países islámicos. Una de sus particularidades es
que la autora conoce el mundo islámico desde dentro. Egipcia de nacimiento,
recibió una educación dentro de los cánones del islam, pero con la
particularidad de pertenecer a una familia culta y liberal, a un contexto
privilegiado en relación a una mayoría, que posibilitó sus estudios
universitarios y estancias en países occidentales. Es decir, la autora puede
hablar de la opresión de la mujer, de la desigualdad de derechos frente al
hombre, de feminismo en suma, ya no solo con total conocimiento de causa, sino
desde la profunda comprensión de la vida de las mujeres en los países
islámicos, de sus sentimientos íntimos y de sus motivaciones, y desde la
perspectiva que le otorga su vida en países de un entorno diferente. Para
conseguir su objetivo, conjuga la narración de numerosos casos reales
particulares, de los que ha tenido conocimiento tanto por fuentes externas como
por conversaciones privadas, con reflexiones personales y datos estadísticos o
tomados de medios informativos. Eltahawy construye su ensayo combinando ambos
extremos, la subjetividad de los casos expuestos y sus opiniones con la
objetividad fría de los datos. El hecho de humanizar los casos mediante la
narración de las vivencias reales de tantas mujeres sin voz, de tanto
sufrimiento acumulado, de mostrar la intrahistoria que se encuentra tras las
grandes declaraciones y juicios de valor, logra que la lectura del texto
resulte a veces desgarradora e intensa, pues el lector a menudo se siente
testigo impotente de las historias narradas. Los datos, estadísticas, y demás
información que nos pone al día respecto a la situación de la mujer en el mundo
musulmán, todo ello actualizado por el esmerado trabajo de traducción, dotan la
obra del rigor necesario exigido por un texto de estas características.
El ensayo de Eltahawy se estructura en diversos apartados que
desarrollan temas tales como el uso del velo, la violencia contra las mujeres
que se alzan en defensa de sus derechos y denuncian el acoso a que se ven
sometidas, el mito de la virginidad, la mutilación genital, las relaciones en
el seno del hogar, las acciones tanto de activistas con nombre y apellido como
de mujeres anónimas, que vencen el miedo y reivindican su libertad. En cierto
modo, el ensayo constituye también un homenaje a las numerosas mujeres que
abrieron brecha en la lucha feminista, tanto en el pasado como en tiempos
actuales, desde la tradición feminista de Oriente Medio, representada, entre
otras, por Huda Shaarawi, fundadora del movimiento de los derechos de la mujer
en Egipto en los años veinte, o ya en tiempos posteriores, la egipcia Doria
Shakif, luchadora por la implantación del voto femenino, o la socióloga marroquí
Fátima Mernissi, que da nombre a nuestra biblioteca, hasta activistas que han
denunciado recientemente la situación de la mujer, como la libanesa Mona al
Mazbouh o la egipcia Amal Fathy. Son unos ejemplos de una nómina exhaustiva de
la que también forma parte la autora del ensayo, que sufrió en su propio cuerpo
las represalias del régimen autoritario egipcio.
Durante la presentación de la obra en la sede de la Fundación, en
conversación con la periodista Ángeles Jurado, la escritora trató de dejar claro
que la lucha por la liberación de la mujer árabe, aunque incardinada en la
lucha del feminismo global, solo puede ser llevada a cabo por la mujer árabe.
Ha de dejarse a un lado cierto paternalismo occidental bienintencionado, que se
manifiesta en un tipo de feminismo blanco y eurocentrista, y que obvia la
realidad de la mujer musulmana en sus países. Son ellas, las mujeres
musulmanas, quienes deben contar y protagonizar su propia lucha contra la
“triada misógina” representada por el Estado, la calle y el hogar, y llevar a
cabo su propia revolución en los ámbitos de la familia, la sociedad y la
cultura.
El debate en torno al ensayo derivó finalmente y en buena lógica a la
situación de la mujer en nuestro entorno occidental, aunque sin perder la
referencia del mundo musulmán. A los logros conseguidos, concretamente en
España en las últimas décadas, y todo el camino que queda todavía por recorrer.
Y como es tradicional en nuestros encuentros, no podía faltar el pan
que Fidel elaboró especialmente para la ocasión, y que trata de representar la
fuerza del movimiento feminista islámico, tan evidente en el ensayo de Mona
Eltahawy, un pan de abundante base de chocolate, en torno al 70%, aderezado con
manzana, azúcar, canela y sal. Un pan potente de sabor y color, provocado por
la presencia del chocolate, aunque suavizado y equilibrado con los demás
ingredientes.
Federico Ruiz Rubio. Miembro de Tres con Libros
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